Circuito Loira, Bretaña y Normandía para Mayores de 55 años

Blois

El Valle de Loira es una visita obligada para quien desee conocer los fantásticos castillos franceses y desde esa ruta se encuentra, muy cerca, una localidad encantadora a orillas del río Loira. A menos de media hora de esta ciudad se localizan los castillos de Chambord, Cheverny, Chaumont y Beauregard. Pero Blois no tiene nada que enviarles porque cuenta con su propio patrimonio histórico y artístico que lo colocan como uno de los mejores destinos en Francia. Y es que de entre todas las fortalezas de la zona, fue justamente el Castillo de Blois el elegido por Juana de Arco como la base de operaciones para la Batalla de Orleans. Otro célebre personaje es motivo de visitas a la Casa de la Magia para conocer sus utensilios mágicos y sus muchos inventos: Robert Houdini, el mago “original” (del que tomó su nombre el escapista estadounidense). Un recorrido por su empedrado casco antiguo te dejará boquiabierto con la belleza de sus edificios, especialmente la Catedral. No obstante, la mejor estampa le pertenece al Puente Jacques Gabriel, que atraviesa el Loira con su gruesa estructura de piedra y una sucesión de arcos, regalando maravillosas vistas en los atardeceres.

Caen

El legado de Guillermo el Conquistador en la forma de la Abadía de las Mujeres con la impresionante cripta de la exquisita Iglesia de la Trinidad, la Abadía de los Hombres de gran elegancia románica y, sobre todo, el Castillo que fuera su residencia y uno de los castillos medievales más grandes de Europa constituyen la mejor de bienvenida para tu viaje inolvidable por la zona normanda. Hoy, el castillo alberga al Museo de Normandía y al Museo de Bellas Artes, el cual tiene una colección simplemente espectacular. Un mosaico arquitectónico medieval, gótico y renacentista en la iglesia de Saint-Pierre, que no tiene pierde ni en su fachada ni en el interior, es otro motivo para conocer Caen. Por sus calles verás varias casas con entramado de madera en sus frentes, aunque la parte posterior está hecha de piedra de Caen. Piérdete en esas calles céntricas para encontrar plazas, monumentos y patios medievales antes de aproximarte al Museo del Memorial y terminar tu visita el animado puerto deportivo o en la zona de moda con terrazas llenas de ambiente, paradójicamente asentada en el barrio medieval de Vaugueux.

Carnac

Junto al fabuloso Golfo de Morbihan, una espléndida bahía en el sur de Bretaña, encontrarás esta ciudad balneario con mucho movimiento cada verano, lo que se debe principalmente a su gran playa de arena fina culminada entre valles y pinos y sus extraordinarias vistas hacia buena parte de los km del mar interior, sus pueblos e islas que forman un conjunto de belleza inenarrable. Pero lo que no te debes perder en Carnac es la alineación de 3 mil menhires a lo largo de 4 km que datan de 5 mil años antes de nuestra y cuya función se desconoce con exactitud, aunque se habla de rituales paganos o fines astronómicos. Es preferible que admires estos campos de megalitos con el despertar o la caída del sol, ya que esa luz les confiere un toque mágico. No te pierdas al Gigante de Manio, un impresionante menhir de 7 metros. En la plaza de la Chapelle, el Museo de la Prehistoria James Miln-Le Rouzic resguarda objetos megalíticos, como hachas pulidas, collares y joyas. Ya en el pueblo podrás caminar entre residencias aristocráticas, conocer la iglesia renacentista y divertirte en el casino para tener un viaje de lo más perfecto.

Concarneau

Formando parte de la clasificación Ciudad de Arte e Historia, es difícil suponer que esta villa situada en la hermosa región de Bretaña sea algo menos. Su casco histórico se localiza en una pequeña isla conocida como la Ville-Close. Este islote rodeado por una bahía, es un pueblo amurallado de 350 m de longitud por 100 m que destaca por su atalaya y el cuadrante solar. Tras las murallas accederás al pueblo, partiendo de la Rue Vauban, una avenida de restaurantes y tiendas por la que llegarás a la plaza Saint-Guénolé, no sin antes detenerte en el Museo de la Pesca, que te dará un paseo por la historia de Concarneau. La cornisa atlántica será un atractivo recorrido hasta la playa de Sables Blancs, para disfrutar de los días maravillosos soleados de este rinconcito encantador.

Dinan

Reserva hoy mismo con Kerala Viajes tu circuito hasta la Bretaña francesa para conocer esta villa que te congelará en el tiempo. Dinan vivió su esplendor entre el siglo X y el XIV, época hasta donde nos trasladan sus centenares de viviendas de entramados de madera decoradas con esculturas, sus calles adoquinadas, la Torre del Reloj que data de 1498 y cuyo mecanismo sigue operando, además de los 3 km de muralla con 14 torres defensivas y sus puertas. Quizás lo que más te guste sean precisamente las preciosas casas entramadas que inundan el casco antiguo, principalmente en las calles de cuento de hadas rue du Jerzual (la más antigua del poblado) y rue du Petit Fort. Una de esas casas es hoy el Museo del Arpa, que promueve la cultura celta. La hermosa iglesia gótica, el Castillo y la magnífica estatua ecuestre de Bertrand du Guesclin, el héroe local, junto con el cenotafio que contiene su corazón y que se resguarda en la Basílica de San Salvador, son otros atractivos, si bien No es sólo su aspecto de pueblo de piedra lo que hace tan bonito a Dinan, pues otros elementos realzan este destino como el Jardín Inglés, el antiguo puerto y el Gran Viaducto sobre el río, el cual puedes contemplar a la perfección desde lo alto de la Torre Sainte-Catherine y tener una de las mejores imágenes de tu viaje.

Golfo de Morbihan

Es hora de sacar las maletas para viajar hasta una de las bahías más hermosas del mundo, donde las oportunidades para el relax y la diversión están a la orden del día. Vacacionar en este idílico mar interior de la Bretaña Sur te deleitará con su ilimitada cantidad de paisajes ensoñados, ya sea que lo recorras a bordo de un crucero o por tierra bordeando la costa. Traducido como “mar pequeño”, Morbihan es un golfo con 42 islas e islotes, de los cuales la Isla de los Monjes es imperdible; la reconocerás por su forma de cruz y su belleza sinigual que obedece a una densa vegetación, bonitas casas y floridas callejuelas. Conocida como la perla del golfo, aquí disfrutarás paseando en el Bosque del Amor, viendo los megalitos, los coloridos veleros decorando la costa y las colinas cubiertas de brezos, además de disfrutar las playas. Su vecina, la isla de los capitanes, Arz, es otro de los puntos favoritos por su situación idónea para contemplar el panorama, además de tener su propio encanto gracias las añejas casas solariegas, el molino de marea, el Museo de los Marinos y la naturaleza más salvaje que la rodea.

Mont Saint Michel

Conoce la gran joya de Normandía, uno de los mayores reclamos turísticos de toda Francia y que es realmente tan bello que la realidad supera las postales. Antes de agendar tu escapada con Kerala Viajes, revisa la web oficial que te indicará la fecha ideal para que puedas presenciar la marea alta rodeando el promontorio, un espectáculo que natural que valdrá la travesía. Te encantará conocer este pueblo cuya edificación fue encomendada, en ese entonces en forma de santuario hasta convertirse en lo que es hoy, por el Arcángel San Gabriel, quien se apareció en el año 708 a Aubert, obispo de Avranches. Previamente, los celtas ya usaban el peñasco como lugar de culto. Desde 1979, el Mont Saint Michel y su bahía están considerados como Patrimonio de la Humanidad. La elegante silueta del monte domina desde la distancia gracias su abadía, maravillosa por dentro y por fuera y con una iluminación nocturna obligada para las fotografías, a cuyos pies se extiende el poblado amurallado, esperando tu visita con sus tiendas de artesanías y museos. Los miradores y la Iglesia de Saint-Pierre complementarán tu visita, además del escenario de la presa sobre el río Couesnon.

Nantes

Ponte tus zapatos rojos y trae a Toto como acompañante para seguir el Camino Verde de Nantes, una línea que te lleva desde la catedral gótica, donde Francisco II de Bretaña reposa en un artístico sepulcro de mármol custodiado por ángeles, hasta todos el resto de sitios de interés de esta histórica ciudad francesa en un recorrido de 12 km, interesantísimo de cabo a rabo. Mientras avanzas por dicha línea con deseos de llegar hasta el fantástico Castillo de los Duques de Bretaña, irás conociendo sitios, historias y curiosidades geniales. Entre esas cosas extraordinarias, Las Máquinas de la Isla es un proyecto imaginativo que se inspiró en las obras de Julio Verne, el hijo pródigo de Nantes. Otro ejemplo es la estatua de Luis XVI, en la plaza del Mariscal Fosch, una de las pocas imágenes suyas con cabeza. Y el Memorial de la Abolición de la Esclavitud es un recordatorio del auge que tuvo la ciudad como centro de trata. Subir a la Torre de Bretaña y admirar el interior del Pasaje Pommeraye son otros infaltables de la capital de la región del Loira, una ciudad que apuesta al arte contemporáneo y está innovando en arquitectura vanguardista pero aun así conserva sus huellas del pasado.

París

Realiza el viaje de tu vida a la Ciudad de la Luz, ¡oh, mon Dieu! Tantas veces calificada como la ciudad más hermosa del mundo, podrás juzgar esa premisa de primera mano (difícilmente diferirás)... Un inolvidable crucero por el Sena te llevará por los puntos más destacados, permitiéndote vistas fascinantes de la Torre Eiffel, el Louvre, Notre-Dame, Asamblea Nacional y la Conciergerie. Tras conocer esas hermosas fachadas y el aspecto general de la capital francesa, es hora de conocer el interior del museo más impresionante del mundo, con la obra más importante de la historia, la Mona Lisa (aunque toda su colección es maravillosa). También la catedral gótica más famosa en todo el globo te espera para que conozcas su restaurado interior. En Montmartre conocerás la basílica Sacre Couer, a la que puedes llegar en funicular. Ahí arriba pasearás por calles que fueron hogar de artistas de la Belle Époque; en el Barrio Rojo descubrirás la historia de Van Gogh, el último molino de viento de París, el lugar donde trabajaba Picasso y mucho más. En la parte baja verás la campana más grande de Francia, el viñedo Jardín Sauvage, y el célebre Moulin Rouge, que para muchos es de entrada obligada. Ya que andas por esa zona, no comer una crepa en la mejor crepería de la ciudad sería imperdonable. Recorriendo el centro de la ciudad no debe faltarte la Plaza de la Concordia con el famoso obelisco egipcio, el parque, las fuentes y farolas. Una caminata por los Campos Elíseos sienta muy bien tanto de día como de noche. Y ya que estás en una de las capitales de la moda, las tiendas parisinas te esperan para que hagas derroche de tus ahorros para este viaje, en el que no puede faltar tu escapada al majestuoso Palacio de Versalles y sus espectaculares jardines. El Monumento a los Inválidos, donde se encuentra la tumba de Napoléon, el Museo Rodin con obras del gran maestro, el Jardín Luxemburgo y mucho más te aguardan en la ciudad donde la magia ocurre. Así que si tu sueño es admirar la majestuosidad de la Torre Eiffel en persona, admirando París desde lo alto, no esperes más y cúmplete el deseo, te aseguramos que no te arrepentirás.

Quimper

Viajar es siempre un placer y más lo es al conocer lugares tan cautivadores como éste. La capital del Finisterre francés te hará pasar bellos momentos al recorrer sus tres áreas: el sitio antiguo, la ciudad del obispo y la ciudad del duque. Tan sólo la contemplación de los bellos edificios junto a los que discurre la ría, con lindos puentes peatonales llenos flores (los L’une des passerelles) tendrás una primera prueba del encanto de Quimper. No sería representativa de la Bretaña una villa sin una impresionante iglesia gótica como tampoco lo sería sin las murallas, en este caso del siglo XIII. Piérdete en las calles y déjate conquistar por todos los rincones a tu paso, con grandes muestras arquitectónicas en cada esquina, el pequeño castillo, las plazas, jardines y esculturas, entre las que destaca la del médico René Laënnec, creador del estetoscopio. Finalmente, unas deliciosas crepas en la Plaza de la Mantequilla serán reconfortantes para el alma y para el cuerpo.

Rennes

Si te preguntas qué puedes esperar de la capital bretona, la respuesta es: una visita repleta de sitios imprescindibles, desde las típicas casitas de entramados hasta el Palacio de Justicia, repleto de frescos, cuadros, esculturas y exquisitos detalles. Muy cerca de la catedral de Saint-Pierre comienza el corazón histórico, listo para que viajes al pasado, hasta la Edad Media, al deambular sobre la rue du Chapitre y admirar sus bellas tiendas y coloridas casas de madera, lo mismo que en las calles Psalette y Sauveur, esta última con el bono extra de contar con sitios gourmet. No pueden faltar las plazas y terrazas, así como las puertas Mordelaises, además de un pequeño recinto de ópera con fabulosa fachada redonda, en la Plaza del Ayuntamiento.

Rouen

Si el paisaje de Rouen te parece familiar es porque fue hermosamente plasmado en innumerables ocasiones por Monet, quien la nombró Ciudad de los Cien Campanarios. Antiguamente capital del Ducado de Normandía, en la actualidad es capital administrativa de la Alta Normandía y entre los capítulos relevantes de su historia, además de ser cuna de escritores y artistas, se cuentan el juicio y la muerte de Juana de Arco. La calle Gros Horloge, una de las más pintorescas del centro histórico, debe su nombre al Reloj Grande de 1389, el icono de la ciudad, que te mirará pasar desde su atalaya gótica. Son tres los monumentos religiosos infaltables en tu parada por esta ciudad: la Catedral de Notre-Dame (donde se halla el corazón del Rey Ricardo «Corazón de León», la Iglesia de Saint-Maclou y la Abadía de Saint-Ouen, con su bello órgano de 1890. En cuanto a edificios civiles, el enorme Palacio de Justicia, la Place du Vieux Marché y las preciosas casas con entramado de madera complementan el cuadro para una visita perfecta.

St Malo

Vannes

Vannes es una ciudad mágica, la cual siempre merece una visita. Date una vuelta por Vannes que es nada menos que la capital del departamento de Morbihan y descubre las maravillas que guarda en sus entrañas. Dentro de esta antigua ciudad amurallada se encuentran rastros de su pasado medieval combinado con la vida artística y cultural de la actualidad, es también una ciudad costera que ha sabido mantenerse a flote. Sus calles empedradas que te llevan hasta plazas y monumentos antiguos te enamorarán: un ejemplo de ello es la Plaza Gambetta, situada justo enfrente del puerto; y ni qué decir de su casco antiguo que es extraordinario, en él encuentras la puerta de Saint – Vincent, la plaza des Lices, la Catedral, la hermosa calle de Saint – Gwénaël y sobre todo construcciones del siglo XIII y XVII. Vannes es una auténtica máquina del tiempo que te transporta directo al medioevo, su fiesta histórica es una prueba de que su pasado sigue vivo en los corazones de sus moradores que lo reviven cada año con orgullo y satisfacción.